Monday, October 08, 2007

VENEZUELA ¿UN ESTADO DE DERECHO?
A pesar de que muchos insisten en que el gobierno de Chávez nos ha recordado a los Latinoamericanos los abusos de dictadores de los años 70 y 80, y en contradicción con lo que él mismo ha denominado Socialismo del siglo XXI, considero que su gobierno puede sumarse a la lista de Estados totalitarios, aunque menos agresivo que la Italia fascista de Mussolini, la Alemania nazi de Hitler y la Rusia de Stalin.

A diferencia de una dictadura, la administración de Hugo Chávez, probablemente no en todos los aspectos y aunque en 1999 haya hecho cambios a la Carta Magna de 1961 y esté proponiendo otros más para este año, ejerce su gestión teniendo en cuenta las leyes constitucionales de Venezuela. Contrario a gobiernos dictatoriales, Chávez tiene una ideología de base muy elaborada, busca el apoyo de las masas y ha trabajado en cambios de fondo en la sociedad, aunque sea poco tolerante a la oposición.

Inversamente, en la nueva República Bolivariana de Venezuela y como características de estados totalitarios, hay falta de libertad de conciencia –desde que hay falta de libertad de expresión y de información; falta de libertad política –puesto que se ha propuesto un partido único socialista (PSUV) y se desmotiva la participación de partidos independientes; y falta de libertad económica –desde que se expropian tierras para hacer una repartición equitativa y empresas privadas y extranjeras para convertirlas en empresas estatales. Obviamente, bajo este esquema, el pluralismo en Venezuela se ha visto pisoteado pues las opiniones algunos medios de comunicación, empresas privadas y extranjeras y ciudadanos de clases altas han visto limitada su libre expresión y participación en este gobierno.

El árbol de las tres raíces

En una entrevista concedida a Manuel Cabieses en el 2005, el presidente venezolano habló del nacimiento de la ideología chavista, al interior del movimiento EB 200 (Ejército Bolivariano), célula clandestina militar a comienzos de los 80’s. En la entrevista, Chávez explicó el diseño del árbol de las tres raíces, base fundamental de su ideología, conformada por la raíz bolivariana que plantea igualdad y libertad y una visión geopolítica de integración de América Latina; la raíz zamorana, por Ezequiel Zamora, general del pueblo y de la unidad cívico-militar; y la raíz robinsoniana, por Simón Rodríguez, maestro de Bolívar, considerado el Robinson, el sabio de la educación popular, la libertad y la igualdad.

No en vano, Chávez declara que los puntos centrales que la revolución bolivariana adapta del bolivarianismo a su práctica son la autonomía nacional; la participación del pueblo mediante elecciones populares, referendos, y otros medios de democracia participativa; la economía auto-sostenible; ética de servicio al pueblo; distribución justa de los ingresos petroleros; y la lucha contra la corrupción y la pobreza.

Esta ideología es la que le ha servido para justificar la construcción de lo que él ha denominado el Socialismo del siglo XXI que dice basar en principios de moral cristiana y bolivariana que se ha convertido a su vez en la excusa perfecta para adoctrinar a los venezolanos a través del convencimiento de que esta es la mejor forma de gobierno. De ahí que su política de expropiación de latifundios y de tierras aparentemente improductivas, para dársela a quien la quiera trabajar, fuera apoyada por campesinos sin tierras y asalariados, pero criticada por los empresarios y terratenientes. Es así que con nuevas políticas como la repartición equitativa de la tierra, la construcción de ciudades socialistas, la redistribución geopolítica y los cambios del sistema educativo, Chávez se haya convertido en el aliado, líder y salvador del pueblo. Él a su vez, se ha aprovechado de esta situación y refuerza su imagen con la aparición constante en distintos medios de comunicación. No sorprende que haya construido una plataforma mediática que cuenta con canales de televisión, una red de radio, página web, blog y un grupo de medios paraestatales y medios comunitarios financiados por el Estado.

Cambios a la constitución de 1961

Con mayor poder presidencial que aseguró en la nueva constitución de 1999, y basado en su fuente ideológica, Chávez justifica los cambios a la Carta Magna y recibe el apoyo del 70% de venezolanos que en un referéndum celebran los cambios que los favorecerán en el aumento de sus derechos políticos, económicos, sociales, familiares, educativos, del trabajo y de la salud. En este aspecto, Chávez ha ganado bastantes adeptos de las clases menos favorecidas al implantar una política de programas sociales a los que ha llamado Misiones Bolivarianas en las que se ha propuesto enseñar a leer y a escribir en los barrios populares, facilitar los estudios de primaria, secundaria y educación superior, dar asistencia médica y asegurar alimentación a todos.

Igualmente, para la reforma constitucional, Chávez propuso el aumento de los Poderes Públicos a cinco quedando los Poderes independientes Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral y establece que la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela (PDVSA) pertenecen al Estado venezolano. Es precisamente el poder ciudadano uno de los grandes distintivos de la política de Chávez, una estrategia de estados totalitarios al buscar adoctrinar al pueblo con la idea de que lo único verdaderamente correcto es lo que propugna el estado. Para ello, Chávez utiliza los medios masivos de comunicación y la escuela para educar a los niños dentro de este sistema con su programa Moral y Luces.

Chávez propuso al pueblo que se organizara en los denominados Consejos Comunales del Poder Popular, Consejos Estudiantiles del Poder Popular, Consejos Campesinos, Consejos Obreros que hacen parte de su programa Moral y Luces en la que por moral se entiende hablar de principios de dignidad, honradez y lealtad y por Luces conocer la realidad del país para incorporarse en forma activa al desarrollo del Socialismo del siglo XXI.

En un artículo publicado en marzo de 2007 por César González “el Culi”, escribió “La explosión del poder popular tiene que ser monitoreada, en el mejor sentido de la palabra, para que no se pervierta la intención y no se caiga en el vacío en que han caído las diferentes formas de organización popular en el pasado reciente…..los consejos comunales tienen que ser estructuras……inspiradas en el conocimiento real que se tenga de cada persona…..de cada aspirante a ocupar un cargo……consagrada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela …..para de esa manera evitar que quienes conformen las directivas de los mismos sean personas de reconocida trayectoria vecinal, formación en el conocimiento de la realidad y fundamentalmente con principios éticos, morales y de honestidad…..” Como en los estados totalitarios, el gobierno chavista interviene ampliamente, incluso queriendo intervenir en las libertades individuales para asegurar la permanencia de su régimen a tal punto que ha organizado la vida en sociedad.

Desde su primer período en febrero de 1999, donde ganó con un 56,5% de los votos, hasta su tercer período que inició en enero de 2007, con un 62,84%, Chávez parece ganar más apoyo de las grandes mayorías que se habían sentido poco representadas por Acción Democrática y COPEI, los partidos tradicionales. Hoy, el pueblo venezolano interpreta que la nueva reforma constitucional, en la que Chávez propone un gobierno más centralista; cambios a tenencia de propiedad privada; la creación de territorios Federales; reducción de la jornada laboral; la seguridad social a los trabajadores no dependientes y otorgamiento de rango constitucional a las Misiones Bolivarianas, responde al interés popular hacia el avance en la construcción del socialismo del siglo XXI basado en la solidaridad, fraternidad, amor, libertad e igualdad que Chávez ha procurado vender como el sistema que brinda una mejor forma de vida.

Venezuela, ¿un estado de derecho?

José Ignacio López, profesor de geopolítica de la universidad EAFIT dice que la línea divisoria entre un estado totalitarista y una dictadura es muy delgada y que por lo pronto lo único que puede asegurar es que Chávez ya plantó sus primeros pinitos hacia un gobierno de carácter abiertamente dictatorial y autoritarista. El profesor López asegura que hay entre un 60% y un 70% de la población venezolana que no está con Chávez, pero que la instalación de un fuerte sistema represivo es la que le ha posibilitado comenzar a suprimir a la oposición. Para este profesor universitario lo que caracteriza a un estado de derecho es la independencia de sus poderes que explica no se da en Venezuela pues Chávez no sólo se conformó con apoderarse de la asamblea nacional constituyente que hace parte del poder legislativo sino que barrió con los partidos tradicionales y cambió la corte suprema de justicia para volverla de bolsillo. López es categórico cuando afirma que “Lo que Chávez tiene es una estructura formal democrática, pero no real. Una democracia no tiene presidentes vitalicios. Él atentó contra un elemento primordial de la democracia que es la libre expresión cuando comienza a cerrar los medios. Además, hace una persecución sistemática frente a todo el que sea opositor.”

Como afirma el profesor López, opino que hay muchos rasgos del gobierno de Chávez que son difíciles de encasillar dentro de un totalitarismo o dictadura absoluta. Lo que sí es cierto es que dentro del totalitarismo también se presenta que todas las instituciones están controladas por el estado y se apoyan en él, situación que podría decirse ocurre con los poderes públicos en Venezuela. Por lo pronto, concluyo que como estado totalitario, en el Gobierno Bolivariano de Venezuela se ha atentado contra la libertad de conciencia, la libertad política y la libertad económica y se ha comenzado un proceso de adoctrinamiento que empezó con consignas como “un líder, un partido, una ideología” que atentan contra la libertad de expresión y oprimen a la oposición, hasta consignas mucho más fuertes como “patria, socialismo, o muerte” que claramente indican que ésta es la única salida posible para los venezolanos.

Sunday, June 03, 2007

EL FACTOR FAMA

¿Es posible separar los medios de comunicación de los personajes mitológicos? ¿Es la distancia entre la realidad y la ficción la que alimenta a los medios, a ídolos y a espectadores?

Si hablamos de cine, vemos que es la misma Hollywood, desde 1920, la que se ha encargado de ser una fuente de producción de estrellas que en cada década trae nuevos mitos que son recordados por apelativos propagandísticos imposibles de desligar de la historia del cine. Algunos de los más recordados son el inolvidable latin lover Rodolfo Valentino como “el hombre que las amó a todas”, Greta Garbo como “la divina”; Gary Cooper, “la más grande estrella de la pantalla”; y James Dean, “el rebelde”.

Al argumento anterior se puede sumar el hecho de que Hollywood se encarga de crear en cada década los "sex-symbols”, famosos venerados, deseados y ‘dignos’ de imitar. En los cuarenta Rita Hayworth, en los cincuenta Marilyn Monroe, y "el animal más bello del mundo" Ava Gardner. Al mismo tiempo, la gran lista se alarga con las femmes fatales, los rebeldes sin causa, y los símbolos sexuales que llegaron al estrellato por su belleza, elegancia, o rebeldía como los siempre recordados Humphrey Bogart, Katharine Hepburn, Marlon Brando, Elizabeth Taylor, Elvis Presley, Paul Newman, y Robert Redford.

Pero son los medios y los fans los que se encargan de nombrar a los famosos, incluso destronando a algunos de los más mitológicos. Es el caso de Mary Pickford quien era conocida como la “novia de América” destronada por Julia Roberts que a su vez lo fue por Pamela Anderson a quien algunos llaman “la nueva novia de América”. Latinoamérica no es ajena a este fenómeno pues hemos tenido a nuestra propia “novia de América”, Libertad Lamarque, destronada por la popular cantante Lucero.

Este gran mercado alimenta a espectadores y a los mismos famosos quienes quieren parecerse a otras celebridades como la recién fallecida Anna Nicole Smith quien en posó en varias fotografías imitando el icono sexual Marilyn Monroe, o como la cantante pop canadiense Sherrie Lea Laird, vocalista de la banda Pandamonia, quien afirma ser la reencarnación de Monroe, y cuyas declaraciones fueron publicadas por Adrian Finkelstein en el libro “Marilyn Monroe Returns!: The Healing of a Soul.

Los simples mortales no sólo quieren copiar a sus ídolos sino que, con los avances de la cirugía cosmética, ahora quieren parecerse a ellos para así recibir un poco de su fama. Aprovechándose de este mercado, hospitales como el Kinway de Shanghai, especializado en cirugía plástica, promociona operaciones para convertir a sus pacientes en dobles idénticos a sus estrellas favoritas. Basta con parecerse en un 30% a una estrella para solicitar la operación que asegura aumentar en un 80% la similitud de su rostro y en un 100% si recibe la asesoría en maquillaje, corte de pelo y tipo de ropa del famoso.

Pero fama no es lo mismo que inmortalidad. Ser una celebridad en un momento dado no es garantía de permanencia a través de los tiempos. Ni siquiera suficiente para tener su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en cuyo suelo están colocadas más de 2000 estrellas con los nombres de celebridades a las cuales la Cámara de Comercio de Hollywood honra por su contribución a la industria del entretenimiento. Ser inmortal significa ser recordado por millones de personas alrededor del mundo, ser citado, ser imitado, convertirse en un icono de moda, de paz, de sexo, de libertad, de rebeldía.

Para ser inmortal es necesario haber roto con cánones y con esquemas. Odina y Halevi (1998:21) mencionan a celebridades como Madonna y Michael Jackson a quienes los caracterizó su capacidad de transformarse para su público seguidor que se sorprendía con su capacidad de re-invención. Obviamente, sus capacidades histriónicas no eran suficiente, necesitaban, como todos las celebridades, de un equipo asesor que les ayudara a ganar visibilidad y garantizar recordación entre sus fans. En la actualidad ocurre lo mismo con celebridades como Paris Hilton y Britney Spears quien a falta de un show artístico, se inventan escándalos que les permitan mantener un espacio en los medios. Por ejemplo, se dijo a principios de 2007 que Paris Hilton participaría junto a la estrella del mundo porno, Jenna Jameson en un reality show (http://www.virginterritorytheshow.com/) en el que desvirgarían a vírgenes de 18 a 35 años. Se decía que aunque ninguna de las dos había reconocido que participaría, tampoco habían desmentido que fueran a hacerlo. El escándalo de Britney Spears, por su parte, incluye su controversial desnudo en la cubierta de una revista, la visita de los servicios de protección al infante, su divorcio y un escándalo por un video que ella y su ex-esposo grabaron durante su luna de miel. ¿Cuál es el límite al que algunos famosos están dispuestos a llegar para mantener su fama? Para algunos la muerte, como le sucedió a Kurt Cobain, Marilyn Monroe, Anna Nicole Smith, Sid Vicious de Sex Pistols, e incluso, hay quienes dicen, a Elvis Presley.

La forma como los medios nos presentan a estas figuras, de una manera tan familiar, tan cercanas a nuestras vidas, puede llevar a excesos como lo aseguran algunos expertos al encontrar que el suicidio, accidental o no por los excesos que estos famosos llevan en sus vidas, tiene gran efecto en los índices de muerte de los jóvenes. Según un estudio realizado en Hong Kong “Hubo un incremento significativo en los suicidios que siguieron a la muerte de la celebridad, en comparación con el promedio de los tres meses precedentes…. Estuvo particularmente marcado en un subgrupo de varones… muchos de los cuales murieron lanzándose al vacío, al igual que el famoso cantante de pop”.

Pero el mercado de celebridades es tan fuerte que, aún después de su muerte, siguen acumulando millones de dólares. Según la revista Forbes, Elvis Presley, Marilyn Monroe, Marlon Brando, John Lennon, Andy Warhol y Ray Charles fueron las celebridades fallecidas que en el 2006 vendieron una fortuna por los derechos de sus obras. Sus seguidores de todos los tiempos continuarán viendo sus imágenes cedidas a la publicidad y comprando sus libros o discos, carteles, camisetas y demás objetos.

La nueva estrategia que muchas celebridades han encontrado para mantenerse vigentes ha sido la de convertirse súbitamente en unos completos filántropos, como lo citan Odina y Halevi (1998:64) al asegurar que para ser una verdadera leyenda se “debe tener los nobles rasgos de la heroicidad.” Es así como una larga lista de atletas, cantantes, directores, actores, escritores y millonarios entre los que se encuentran Shaquille O’neil, David Beckham, Elton John, Cher, Steven Spielberg, Clint Eastwoofd, Jackie Chan, Sharon Stone, J.K. Rowling, Bill Gates, y George Soros decidieron unirse a distintas causas humanitarias o establecer su propia fundación. ¿Es ésta una acción realmente desinteresada? Probablemente para algunos así lo sea, aunque para otros, las donaciones pueden simplemente representar el acceso a rebajas en el pago de impuestos o la forma de sentirse menos culpables cuando saben que con su fortuna se resolvería el problema de hambruna de un país entero.

¿Cuál es la razón para que millones de hombres y mujeres comunes quieran ser parte del selecto y estrecho mundo de celebridades? Odina y Halevi (1998: 51) aseguran que es la forma más cómoda y fácil de hacer un salto social para dejar de pertenecer a la masa gris y convertirse en una celebridad mediática. Es por esta razón que ésta es la década del boom de los reality show, un formato que apela a los sentimientos de los televidentes. “La televisión está cayendo en la búsqueda del efecto emocional gratuito antes que buscar la reflexión personal y el cuestionamiento del poder. En muchas ocasiones hay más preocupación por inducir al sentimiento, que a entregar algún contenido”. Este fue el diagnóstico hecho por el jurado de selección del IV Premio de Periodismo Latinoamericano. Odina y Halevi, por su parte, afirman que “La emoción convertida en devoción es el principal pilar de cualquier gran espectáculo” (1998:35).

Vilches (1995:9) identifica varios cambios en las formas de espectacularización entre televisión y espectador a través de la información, la ficción y el entretenimiento y que, a mi modo de ver, son empleados para expresar un valor como la fama: la transformación del star system: la tele­visión de los años 40 que crea su propio star system para competir con el cine y el teatro es en la actualidad el estrellato en el que comparten cámara anónimos, reinas y modelos y profesionales de la vieja escuela. El fin de la frontera entre público y priva­do: en los principios de la televisión, los personajes públicos nunca son vistos en espacios ni situaciones privadas y los sujetos privados nunca son los protagonistas de la pantalla. En la nueva televisión, los límites entre uno y otro espa­cio no son claros.

La interactividad de los sentimientos: la expresión sentimientos se daban como manifestación es­pontánea durante concursos o como expresión de dolor por alguna catás­trofe. En el reality show, todo es emoción, no sólo del mismo invitado, sino también del conductor del programa que llora con él.

Como aseguran Odina y Halevi (1998:61), “quien tiene vergüenza ni come ni almuerza”. Quien quiere entrar al codiciado círculo de la fama debe perder la vergüenza para permitir que se ventilen sus intimidades a la luz pública. Somos los mismos consumidores los que hemos ayudando a moldear este tipo de producto pues es así como los creadores y productores alimentan nuevos formatos y propuestas televisivas. Seremos los espectadores quienes decidimos si queremos conceder a centenares de seres grises sus quince minutos de gloria o si, por el contrario, aprendemos a identificar las diferencias entre la realidad y la ficción para vivir nuestra propia vida.

REFERENCIAS

Chan, Cecilia L.W. et al. Los efectos del suicidio de una celebridad en los índices de suicidio en Hong-Kong. Fuente: J AFFECT DISORD. 2006 JUL; 93(1)

Famous and Celebrity Philanthropists: http://youth.fdncenter.org/youth_celebrity.html

Odina, Mercedes y Halevi, Gabriel. El factor fama. Anagrama. Barcelona. 1998

Vilches, Lorenzo (1995) "La televerdad. Nuevas estrategias de mediación" En Revista Telos, número 43, en la siguiente dirección electrónica (URL): http://www.campused.net/html/telos/larevista/larevistatelos.htm

Tuesday, February 06, 2007

MEDELLÍN 2030

Ciudad mutante habitada por raizales y errantes que llegaron hace 30 años desde sus laderas. Fugitivos de la violencia que hoy son sólo historias de abuelos. Ciudad de la Eterna Primavera que ojeada desde el valle deja ver sus faldas llenas de verdor en el día y de lucecitas centelleantes en la noche.

Del nororiente al suroriente y del noroccidente al suroccidente. Nuevos centros descentralizados cuyos parques, unidades deportivas, bibliotecas y centros culturales convocan a formar sociedades instantáneas que se dispersan cuando llega la noche. Nuevas médulas de ciudad donde se congregan habitantes de distintas latitudes. Seres anónimos de una sociedad que trabaja en una red escolar en la que se comparten proyectos académicos y actividades pluriculturales, odas a las tradiciones y costumbres de nuestros pueblos.

En las calles los peatones caminan por los amplios andenes, esperan su turno para cruzar la calle y tienen prelación en esquinas sin semáforo. En el centro de Medellín los transeúntes recuerdan los años de antaño recorriendo la zona histórica llena de paseos peatonales en los que resaltan construcciones y fachadas del patrimonio arquitectónico en contraste con las altas torres de la zona bancaria y comercial de esta próspera metrópoli.

Lugareños y visitantes toman los distintos circuitos de la Turiruta que se especializan cada una en distintos atractivos de la ciudad: el A en parques y jardines, el B en museos y bibliotecas, el C en iglesias y cementerios y el D en barrios, como el Barrio Prado cuyas fachadas fueron recuperadas hace varios años.

Medellín ha recuperado su memoria y tiene un venturoso futuro. Sus habitantes ya no transitan las calles como fantasmas que huyen de una ciudad decadente. Los fines de semana los padres llevan a sus críos a un lugar distinto de la urbe para re-conocer su terruño. Los chiquillos no imaginan la Medellín de hace tres décadas. Nadie sueña con irse. De afuera nos ven como ejemplo del pueblo pujante que siempre hemos sido, pero a diferencia de antes, esta tierra labrantía de gente siempre amable no se lamenta ya más. Las heridas de la guerra han sanado y las miles de lápidas dejadas por la guerra han dejado de ser nuestro lastre. Somos ciudadanos legitimados por una ciudad que nos acoge en sus brazos y cuyo legado ha sido el progreso, honestidad y amabilidad.