Sunday, June 06, 2010


NUEVOS RETOS DEL PERIODISTA

Durante la segunda Cátedra Guillermo Cano, Javier Darío Restrepo experto en ética en el periodismo habló sobre las tres claves para ser periodista: compromiso con el futuro; valor para destruir el terror en nuestro interior y asumir el reto de morir como defensor de lo público; y libertad para contar la verdad de los hechos.

Javier Darío Restrepo es un gran ejemplo de cómo los periodistas de hoy podemos aprovechar las nuevas tecnologías pues a través de su consultorio ético en la página web de la FNPI, ha dado respuesta a las decenas de consultas a través de las que ayuda a resolver los dilemas éticos a los que los periodistas nos hemos enfrentado desde siempre.

Sin embargo, el problema actual que se ha generado con la revolución de los medios es cómo entender el mundo. Los medios y las nuevas tecnologías nos hacen vivir cada vez menos en la historia real y cada vez más en la ficticia con un discurso fragmentado y superficial (Kapuscinski, 2003).

Es indudable que Internet ofrece información inmediata, pero se hace inminente la necesidad de ser periodistas que sepamos estar, ver, oír, compartir y pensar. No en vano Kapuscinski habla de “los cinco sentidos del periodista” pues necesitamos ser el tipo de periodista que se acerca a la realidad de cada situación y, desde lo humano, le da el debido tratamiento.

Piscitelli dice que ‘en la vida no todo es información. La comunicación es ubicua…’ Es por eso que, a pesar de que la información está en el ciberespacio, es tanta, en tantos medios y desde tantos puntos de vista que a veces los lectores se espantan al no poder diferenciar los hechos de la opinión y lo verídico de lo inverosímil.

El periodista serio tiene la labor de hacer claridad frente a lo que es su opinión y lo que son los hechos tal cual pasaron para de esa manera garantizar que sus lectores, oyentes o videntes estarán accediendo a información objetiva.
Sin embargo, los retos para el periodista no terminan allí. Los medios bombardean con información permanente pues esa parece ser la tendencia para evitar la obsolescencia.

Medio que se respete tiene su sitio web que incluye el número de visitantes y la hora en la que el sitio fue actualizado. En términos de Piscitelli, los ‘indicadores irreflexivos’ son los que quisieran dar cuenta de qué tantos ‘seguidores’ tiene un medio y qué tan ‘actualizada’ está la información.

Sin embargo, más allá del rating, de las ventas, del número de visitantes, quienes dirigen los medios tienen el reto de analizar qué información están eligiendo publicar y la forma como la están publicando.

Este tema es bien sensible en el mundo de la información pues los medios siempre estarán presionados por fuerzas ocultas ya sean económicas, gubernamentales e incluso por grupos al margen de la ley. Se necesita tener una gran convicción por su labor como periodista como la tuvo Guillermo Cano para preferir morir antes que ceder y convertirse en el esclavo del narcotráfico. 

Comulgo con la idea de que la información acumulada en Internet no ocasionará grandes cambios sociales. Afortunadamente,  existen esfuerzos aislados que pueden llegar a tener algún impacto en los que periodistas y comunicadores comprometidos hacen propuestas con las que buscan educar a televidentes para que ‘aprendan a ver televisión’. Esos televidentes formados eventualmente entran a conformar el grupo de defensores del televidente. Telespectadores cuyas opiniones inciden sobre la programación de los canales.

Pero indudablemente, el reto más grande de todos es luchar contra la llamada “anomia” del hombre actual. Un hombre al que parece no importarle ya nada. Por eso, el reto del periodista es escribir no solo lo veraz, sino escribir historias que cautiven.

Como dice Kapuscinski (2003), por cada página escrita debemos haber leído cien y en cada escrito mostrar a través del detalle la dimensión universal del hecho.

La globalización trajo consigo la competitividad, el individualismo y la posibilidad de acceso individual a la información (Lozano, 2001). Sin embargo, otro de los retos del periodista es la de tratar de seguir fomentando la solidaridad que nos acompañaba en la intimidad de lo local pues a pesar de que se puede aprender de experiencias foráneas, los lectores, oyentes y videntes siempre estarán mucho más atraídos por lo que ocurre localmente.