Tuesday, February 09, 2010




Editoras de línea dura
Estas son algunas voces femeninas en el periodismo virtual


Olena Prytula y Glenda Gloria son editoras de dos medios en línea que han denunciado actos de corrupción e irregularidades de los gobiernos de sus países. Aunque trabajan en dos continentes diferentes, ambas han enfrentado situaciones de amenaza y han perdido colegas-periodistas en su lucha anticorrupción. Antes que dejarse apabullar por la censura y la intimidación, están convencidas que la situación de su país ha mejorado gracias a los actos valientes de periodistas que, como ellas, optaron por dejar al descubierto los atropellos, los sobornos, y los actos de censura impuestos por sus gobernantes. Durante su asistencia a la entrega del Premio Mundial de la Libertad de Prensa UNESCO/Guillermo Cano en Medellín los días 3 y 4 de mayo, estas editoras hablaron con El Eafitense sobre los medios para los que trabajan, la libertad de prensa, las nuevas tecnologías y su papel como mujeres y periodistas.

Olena Prytula*

¿Cómo ha Ukranyiska Pravda contribuido al periodismo y a la libertad de expresión?

Ukranyiska Pravda llegó a ser muy reconocido después del asesinato de Gongadze. En Ucrania, particularmente, el periódico se convirtió en un ejemplo de libertad de expresión. Aún durante el régimen pasado cuando el presidente Kuchma viajaba al exterior y le hacían comentarios sobre la difícil situación en Ucrania, él se refería a nosotros y decía miren al Ukranyiska Pravda, ellos publican lo que quieren. Después de eso ganamos varios premios a la excelencia por la libertad de expresión.

¿Fue Ukranyiska Pravda fundado como una alternativa y una manera más segura de hacer periodismo?

En aquella época había mucha censura para medios como prensa escrita, radio y televisión. Nadie podía publicar un artículo en prensa impresa criticando al Gobierno. Adicionalmente, Internet no era controlado y se podía publicar lo que se quisiera. Aún hoy en día no hay ningún tipo de regulación para Internet porque cualquier partido político que intente regularlo sería muy impopular entre los seguidores y lectores de medios en Internet, entonces, ninguno se atreve a tocarlo. Escogimos Internet porque no es costoso, no es regulado y porque es un nuevo medio. Ahora vemos que fue la opción adecuada.

Es bien sabido que ha habido mucha censura en Ucrania, ¿qué la anima a continuar aún cuando sabe que su vida puede estar en riesgo?

Espero que mi vida no esté en riesgo, especialmente después del asesinato de Gongadze. No ha habido nuevos asesinatos de periodistas y la situación de censura ha mejorado bastante después de la Revolución Naranja. Afortunadamente, puedo decir que Ucrania goza hoy día de libertad en los medios.

Ukranyiska Pravda es uno de los pocos periódicos publicados solamente en línea. ¿Qué lo hace diferente de periódicos similares?

En Ucrania fuimos los segundos en lanzar un periódico en línea y hemos mantenido ese lugar. Tenemos credibilidad entre nuestros lectores y somos muy cuidadosos con ese aspecto. Sabemos que no podemos publicar un artículo a cambio de dinero, ni que podemos mentir a nuestros lectores. Estamos tratando de traer gente joven y de la política que escriba para Ukranyiska Pravda pues queremos tener distintos puntos de vista de todos los partidos políticos. Es por eso que mantenemos nuestra popularidad. La gente sabe que si ellos quieren decir algo, periodísticamente interesante, nosotros lo publicamos aunque no estemos completamente de acuerdo con ellos.

El rol que jugó Ukranyiska Pravda fue de gran importancia para la Revolución Naranja, ¿cómo ve ese momento ahora?

Es muy triste porque teníamos grandes expectativas. Queríamos cambiar el país en un día. Ahora entendemos que es un proceso largo. Durante la revolución había miles de personas reunidos en la plaza apoyando a políticos. Desafortunadamente, ellos no eran tan fuertes como creíamos que eran. Nos desilusionaron. Pero aprendimos una lección: que uno nunca debe ponerse al frente por ningún partido político, uno sólo debe defenderse a uno mismo y la propia vida. Sin embargo, no teníamos otra alternativa. Esa fue la decisión apropiada para ese momento.

¿Cuál es su papel como mujer-periodista?

Cuando era joven incluso me aprovechaba de mi género para obtener información de alguna fuente masculina porque ellos prefieren hablar con una mujer. Pero nunca lo hice de manera que no fuera ética. Ahora es muy diferente. Me siento como una directora de un medio y no importa si se es hombre o mujer, aunque es mejor ser mujer porque somos más flexibles, más creativas y menos agresivas. Las mujeres detestamos la guerra.

Glenda Gloria**

¿Cuáles son las ventajas de estar sólo en Internet?

Las ventajas son ampliamente ricas. El mundo ha cambiado, especialmente para las audiencias filipinas. Tenemos que enfrentar la realidad de un país en donde más de la mitad de sus jóvenes profesionales están trabajando en el exterior. Es ese el mercado que queremos. Segundo, es menos costoso y menos sujeto a presiones publicitarias y gubernamentales. Claro que una vez enfrentamos un ataque spam. Al hacer clic en nuestra página salían páginas porno. Esto ocurrió después de una serie de reportes que publicamos en contra de la familia de la presidente. Sabemos que fue un ataque del gobierno. Escribir para Internet también te disciplina a escribir piezas más cortas porque los lectores jóvenes son más impacientes. El reto es escribir piezas más cortas y fáciles de leer. Estamos también más seguros porque cuando se tiene una revista, uno se debe asegurar que las ediciones lleguen al stand de revistas y que no sean quemadas o destruidas. Personalmente, pienso que la forma impresa es un modelo pasado de moda. Si volviésemos a tener una revista impresa, no vamos a abandonar la publicación en línea.

De acuerdo con un reporte publicado en el periódico The Guardian, los periodistas en Filipinas se han acostumbrado a recibir amenazas. ¿Es esto cierto? ¿Está bien que las amenazas hagan parte de la cotidianeidad de un periodista?

No creo que estemos acostumbrados a recibir amenazas. Filipinas tiene una historia de luchar contra el gobierno y de tener censura por parte del gobierno, pero es diferente decir que nos estamos acostumbrando. Las amenazas y asesinatos de periodistas comenzaron a hacerse de manera más manifiesta en 1986 después de la caída de la dictadura de Ferdinand Marcos, pero no nos hemos acostumbrado. En mi caso particular, soy reportera desde 1986, pero sólo recibí una amenaza cuando me convertí en editora. Sin embargo, me niego a acostumbrarme. Cuando recibo una amenaza, en la que es evidente que estoy siendo observada, paro mi investigación por unos días, especialmente porque no quiero poner en riesgo a mis fuentes. Si un periodista no es consciente de eso muy seguramente perderá a todas sus fuentes. Esta es una relación que tiene que ser alimentada y desarrollada profesionalmente porque el periodismo investigativo sólo es posible cuando se tienen fuentes. Además de proteger mi propia vida, ese es mi principal interés. Asimismo, como no me gusta sentirme observada, cambio mi rutina, mis correos electrónicos, hablo en códigos y uso celular prepago porque en Filipinas no son monitoreados como los pospagos.

¿Cuál es el ranking que tiene Filipinas en listados de libertad de prensa como el de Freedom House? ¿Qué opina de dichos listados?

Sé que Filipinas es parcialmente libre. Mi problema con estas listas es que no reflejan la compleja situación de cada país. Para estar en un país de Asia suroriental, los medios en Filipinas tienen una gran influencia americana, por lo tanto, son más celosos de su libertad de prensa, a diferencia de Tailandia donde ha existido la censura. Pero mirando el contexto general de Asia suroriental, Tailandia y Filipinas son los países más libres, por lo tanto, no es justo decir, basado en estas listas que el nivel de libertad ha bajado. Si se mira a países como Singapur, Malasia, Birmania y Vietnam, que son controlados por el estado, Tailandia y Filipinas somos las pequeñas islas de libertad en la región.

Durante los últimos 10 años usted ha escrito alrededor de 5 libros y ha ganado dos premios nacionales. ¿Cómo hace para combinar sus actividades de periodista y madre?

Mi hija tiene 4 años. Pienso que fue bueno dar a luz a la edad de 37. Haberlo hecho antes, cuando era una reportera, hubiera entrado en conflicto con mi trabajo. Como editora puedo darme el lujo de seleccionar la historia investigativa en la que quiero trabajar. Eso me permite manejar mi tiempo. Me sumerjo en una historia, pero cuando la termino me tomo un descanso. Ni siquiera la leo por una semana completa. No me gusta obsesionarme porque se pierde la capacidad autocrítica, además porque nunca estoy a gusto con lo que escribo. Durante esos pequeños descansos me convierto en una mamá de tiempo completo. Algunas personas dirían ‘mamá de fines de semana’, pero no hay tal cosa. Se es mamá todos los días. Llevo a mi hija a la escuela y todavía me doy el gusto de bañarla en las mañanas.

Usted es conferenciante en una universidad. ¿Cuál es la lección más importante que enseña a sus alumnos?

Les enseño los principios del periodismo y los saco al mundo exterior. La mayoría de filipinos son muy insulares porque su principal preocupación es poder sobrevivir. Ellos tienden a mirar sólo lo que ocurre en Filipinas. Por eso me gusta sacarlos a otras realidades. Les enseño sobre los medios y la política y como lo uno afecta lo otro y viceversa. Lo bello de este curso de 8 semanas es que es en línea y es para estudiantes de toda Asia. Este es un postgrado financiado por una organización alemana que otorga 10 becas entre periodistas asiáticos. Ellos intercambian experiencias, preguntas sobre ética, que son diferentes en cada país, incluso sobre formas de corrupción que también son distintas en cada país. Entonces, poder moderar este foro es algo de lo que me enorgullezco.

¿Cuál es su opinión sobre las nuevas tecnologías?

Tiene muchas ventajas porque ayudan a los periodistas en su tarea investigativa. De otro lado, y es algo que he notado con mis estudiantes, promueve el conformismo porque con Google e Internet todo está disponible a un clic de distancia. Cuando yo era reportera todo era más difícil. No había fax o computador y tenía que escribir mi historia a máquina. Creo que eso te da disciplina. Algunas veces son esas dificultades las que forman a un periodista. Agradezco esa experiencia, por haber atravesado por ese momento cuando había tan poca tecnología en la cual confiar. Cuando eras tú solo y cientos de documentos para leer. Creo que los periodistas jóvenes deben explotar las nuevas tecnologías, pero al mismo tiempo deben darse cuenta que necesitan combinar investigación en Internet con “trabajo a pie”, más trabajo de campo. Hay cierto instinto que sólo se desarrolla con el trabajo de campo. Por ejemplo, la capacidad de leer a las personas, aprender cuando una fuente está mintiendo o te está tomando el pelo. Esa capacidad no se desarrolla en frente del computador.

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Aunque desde el año 2000 los Ministerios de Justicia y del Interior han administrado el Programa de Protección al Periodista para asistir a periodistas amenazados, el informe de Freedom House para la libertad de prensa de 2006 reportó que Colombia sigue siendo el país más peligroso de Sur América para los periodistas. Las demandas contra medios de comunicación y periodistas por parte de oficiales retirados, ministros, oficiales públicos y ciudadanos siguen en aumento y la atmósfera de impunidad continúa por la lentitud de las investigaciones de crímenes a periodistas que casi siempre quedan inconclusas. El mismo reporte afirma que aunque no hubo ningún reporte de censura a información emitida en Internet, sólo el 10% de la población tuvo acceso a este medio.

Sumado a los problemas de censura, auto-censura e impunidad en nuestro país, podemos añadir el hecho de que las nuevas generaciones leen cada día menos medios escritos obligando a periodistas y a medios de comunicación a hacer uso de nuevas tecnologías que atraigan a nuevos públicos.

El Eafitense le preguntó a María Elvira Samper, Editora de la Revista Cambio, sobre su trabajo como periodista y editora en Colombia, la libertad de prensa en Colombia, el uso de nuevas tecnologías, y su opinión sobre la formación de periodistas en nuestro país.

¿Sobre qué temas prefiere escribir? ¿Qué hace que se decida por un tema y no otro?

No tengo preferencia por temas específicos, pero me siento inclinada por aquellos que tocan problemas sociales, por los que afectan a la mayoría, por temas que, en general, carecen de sex appeal para los que se sienten atraídos sobre todo por el poder y la política. Escribo sobre lo que de alguna manera me conmueve o sobre temas que me despiertan interrogantes o inquietudes, que me invitan a investigar, a explorar diferentes puntos de vista. Pero si el ambiente político está muy caliente y me siento motivada también opino, aun a sabiendas de que “doctores tiene la Santa Madre Iglesia” y de que sobran expertos en la materia.

¿Qué hace que me decida por un tema?
A veces la coyuntura, a veces la emoción, la indignación, la rebeldía. También intereses e inquietudes particulares que sé que comparten muchos lectores. Y como a veces me siento agobiada por tanta violencia, tanta corrupción, injusticias e inequidades, busco la forma de sacarles el quite y me escapo escribiendo sobre asuntos que nada tiene que ver con la realidad nacional.

¿Piensa que en Colombia aún falta mucho para ser un país con libertad de prensa? ¿Siendo la editora de Cambio, siente muchas presiones de distintos sectores?

Claro que falta mucho por hacer, pero las fallas de la Justicia, la lentitud en los procesos, la impunidad, etc. no sólo son problemas que afectan a los periodistas. Es un problema generalizado. Siempre ha habido presiones, de una u otra índole, son gajes del oficio, pero creo que para los medios de las grandes ciudades es más fácil sortearlas y no ceder a ellas. Los periodistas están más protegidos, incluso por el poder del mismo medio. Los problemas más graves se presentan para los periodistas de medios de ciudades pequeñas e intermedias, pues por lo general pertenecen a políticos o a sus aliados y la independencia periodística es poca por no decir nula. Por otra parte, buena parte de la pauta depende de las administraciones locales. Si a esto se suman las presiones de los grupos armados, el problema se agrava y los riesgos se multiplican. No es este el caso de Cambio.

¿Cuál considera que es su papel en el periodismo colombiano siendo una de las pocas mujeres editoras de uno de los medios más importantes del país?

No creo que sea muy diferente al de cualquier periodista profesional y responsable. Sin embargo, me siento obligada a estar más preparada y mejor informada sobre todos los temas posibles Mi campo de acción es amplio y en mi condición de editora debo tener suficientes elementos de juicio que me ayuden a tomar decisiones sobre qué temas merecen más o menos espacio, más investigación o fuentes de referencia; qué sobra o qué falta en un artículo; qué merece ser revisado por un abogado; qué enfoque dar a un tema o cómo darle un giro en caso de necesidad, cómo complementar algunos artículos, etc. Soy muy estricta e intento ser rigurosa, pero eso no siempre lo entienden los periodistas que, a veces, toman las correcciones y las críticas como algo personal. Son gajes del oficio, que no siempre es el más agradecido.

En su concepto, ¿cuál es el futuro que le espera a la prensa escrita? Es su visión tan apocalíptica como la de algunos expertos?

No necesariamente tengo una visión apocalíptica de la prensa escrita y lo digo pensando en que se trata de una discusión semejante a la que se ha dado con el libro. Sin embargo, hay que ser conscientes de que los jóvenes son el mayor potencial de crecimiento, y que ellos no consideran relevantes los medios tradicionales, que están familiarizados con la tecnología y que por eso privilegian Internet como fuente de información porque les ofrece mayores posibilidades de conexión y más fuentes. Un botón de muestra es la encuesta de GlobeScan (marzo-abril, 2006) hecha con más de 10.000 personas en Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Egipto, Alemania, India, Indonesia, Nigeria, Rusia y Corea del Sur: una de cada cinco personas entre 18 y 24 años dice que Internet es su primera opción para informarse, mientras que sólo el 3% de los que están entre 55 y 64 años la cita como fuente. Dicen los que saben que la frontera son los 24 años y que si una persona llega a esta edad sin haber adquirido el hábito de leer, es poco probable que lo haga alguna vez. Por esto la prensa no sólo ha aceptado la irrupción de Internet como algo inevitable, sino que intenta atraer lectores jóvenes haciendo cambios en el diseño y en la forma de presentar las noticias.

Hechas estas consideraciones, la gran pregunta es hacia dónde debe ir la prensa escrita y cómo puede convivir con el medio digital. Ignoro la respuesta. Lo único que sé es que los lectores de uno y otro medio son de alguna forma diferentes, pero todos buscan lo mismo: información confiable y de calidad. No importan por qué medio se transmita la información, alguien tiene que filtrarla, investigarla, verificarla, cuestionarla, escribirla y presentar resultados confiables. Creo que el periodista británico David Randall dio en el clavo cuando dijo que no importa cuáles sean las predicciones sobre el futuro, “el de los buenos periodistas será más brillante que el de muchas personas que auguran nuestra desaparición”.

¿Cuál cree es el papel de las TIC en este futuro? ¿Cree que a los medios Latinoamericanos les hace falta explorar más este campo?

Insisto en que el quid de unos y otros medios está en la calidad de la información. En unos y otros hay periodismo bueno o periodismo malo hecho con técnicas y lenguajes específicos. El periodismo digital piensa en multimedia –texto, audio, video, animación…-, porque su público piensa en multimedia. El lector digital busca inmediatez, contundencia y economía del lenguaje y por eso el medio digital debe actualizarlo en forma permanente. Como es un lector rápido hay que llevarlo al grano para evitarle la tentación de hacer otro clic y salir de la página en busca de otra que le de mejor información. Pero es importante darle links que le permitan profundizar si quiere. Aunque la definición de un perfil de lector de Internet está en proceso de definición, se sabe que tiende a ser más especializado, que sólo busca las noticias que le interesan, que quiere tener la oportunidad de elegir entre una oferta informativa amplia la que afecta sus intereses y situación personales. Como la interactividad le da la posibilidad de intercambiar ideas con la redacción, editores, blogueros, etc., el reto de los periodistas digitales es ser sensibles a lo que buscan sus lectores, a las nuevas tendencias, saber qué información les es útil, que lecturas prefieren, qué quieren saber más allá de su rutina. No pueden olvidar que el lector entra en la página y se queda sólo en lo que le interesa.

Las generalizaciones no me gustan, pero creo que a los medios colombianos les hace falta camino por recorrer, aunque algunos ya lo están haciendo con relativo éxito. Me parece fundamental invertir más en la contratación de periodistas de buen nivel que, por lo menos en el caso del periodismo tradicional, es el que conozco, ha desmejorado en forma notoria.

¿Cuál piensa que deba ser la formación que las universidades deben impartir a los nuevos periodistas?

Soy muy escéptica sobre la calidad de la formación que dan las facultades de periodismo. Lo digo sobre la base de la experiencia de 30 años en el oficio. Creo que el periodista se hace sobre todo en el oficio, y que es más fácil hacerse tal si tiene una formación previa en Derecho, Ciencia Política, Historia, Economía, Filosofía, Literatura, Antropología, etc. Y además estoy convencida de que a los medios les cabe la responsabilidad de profesionalizar e invertir más en la formación de su gente.


* Olena Prytula es editor en jefe de Ukranyiska Pravda, un periódico en línea fundado en Ucrania en abril de 2000. Su compañero y co-fundador, Georgiy Gongadze, fue asesinado el 16 de septiembre de 2000. Un periódico que comenzó con la ayuda de una fundación americana y con 4 empleados, y que ahora cuenta con veinte, puede decir que después de los grandes cambios que trajo la Revolución Naranja es auto-sostenible y rentable pues financia sus propios proyectos con publicidad en su página Web.

** Glenda Gloria es Editora Ejecutiva de Newsbreak, revista filipina que trata noticias y temas de actualidad y que cambió del formato de papel al virtual en el 2006. Gloria recibió una corona de funeral dedicada a ella después de escribir un artículo sobre los lazos entre el servicio de inteligencia y políticos corruptos en filipinas. Newsbreak es considerada un perro guardián (watchdog) por los reportes investigativos que ha publicado sobre corrupción del gobierno filipino y sus oficiales.