Thursday, February 11, 2010




Niñas, ¡que golazo!

Antes de entrar al campo de juego, uniformes impecables, brillo en los labios, colas de caballo firmemente recogidas que se balancean al aire con el trotecito apresurado. En el campo de juego rostros enrojecidos, sudor, fuerza y rapidez, son los contrastes que se encuentran en el equipo de fútbol femenino de la Universidad EAFIT, equipo que aceptado como deporte representativo de la Institución desde el segundo semestre de 2003 gracias a la iniciativa, al compromiso y al trabajo de un grupo de estudiantes que practicaban esta disciplina desde el colegio.

Luís Eduardo Calderón Palacio, Jefe del Departamento de Deportes, manifiesta que en la universidad no dejó de ser muy extraña la conformación de este equipo ya que históricamente el fútbol siempre ha sido asociado con el género masculino. Él recuerda que los intercambios deportivos iniciaron con Ligas del Deporte asociado y con equipos barriales, juegos donde las atletas, además de foguearse, comenzaron a darse cuenta de la rudeza que se necesita para sobrevivir en este deporte. Lina Restrepo, jugadora del equipo de EAFIT y de la Selección Antioquia, cuenta que estos primeros encuentros generaron un fuerte impacto –en todas las integrantes del equipo- a causa de las diferencias socioculturales entre jugadoras y la agresividad que se maneja dentro del terreno de juego.

Las niñas comenzaron a notar una fuerte agresión, choques permanentes e inclusive insultos que para ellas, acostumbradas al trato que se maneja en la universidad EAFIT, representaban comportamientos fuera de la cotidianidad que se vive en la Universidad EAFIT. Calderón cuenta que a raíz de algunos conflictos que presentaron entre jugadoras en uno de los torneos que se realizaron en las instalaciones de EAFIT, éste estuvo a punto de cancelarse. Esta situación se aprovechó para que las deportistas aprendieran que no podían quedarse entrampadas en su burbuja de cristal delimitada por el campus universitario y sus alrededores. Calderón explica que no se puede negar que en el fútbol se maneja mucha agresividad, la cual considera necesaria para cualquier actividad de la vida; sin embargo, también opina que de la agresión a la violencia hay sólo un paso.

Para muchos deportistas universitarios, la práctica de algún deporte contribuye al buen uso y aprovechamiento del tiempo libre, es el aspecto co-curricular que a su vez se convierte en des-estresante y complemento a sus actividades socioculturales. Este es el caso de las integrantes del equipo de EAFIT quienes, a diferencia de otros equipos de fútbol femenino, reconocen que practican este deporte como hobby pues su interés no radica en ser jugadoras profesionales ni buscar contratos que las saquen de situaciones económicas difíciles como es el caso de muchas jugadoras de equipos barriales.

Esta prioridad por la academia marca la diferencia a la hora de entrenar y de los encuentros en los distintos campeonatos, como lo confirma su entrenador Jhon Mario Caicedo, exjugador de fútbol profesional colombiano, quien anecdóticamente cuenta que en los inicios de su gestión era inconscientemente manipulado por los pucheros y mimos característicos del comportamiento femenino. Hábilmente este grupo de jóvenes lograba evadir ciertas actividades que hacen parte del entrenamiento hasta que John Mario, perspicazmente, consiguió poner orden a las prácticas llevando a cabo una rutina deportiva como en cualquier equipo de fútbol.

John Mario resalta el valor de esta experiencia que le ha significado un cambio de paradigma en cuanto a la percepción que tenia acerca de la práctica femenina de este deporte. Expone que al inicio esta propuesta le representó un reto, pues nunca se vio desempeñando este rol cuando aún muchos de sus colegas le preguntan acerca de las habilidades reales de sus pupilas y dejan en entredicho su feminidad. John Mario se enorgullece del vínculo que ha establecido con las jugadoras, a quienes no sólo ve como sus aprendices sino como a jóvenes a quienes desea escuchar y aconsejar.

Dos de las grandes ventajas que tiene la práctica del fútbol femenino y en la que convergen los entrevistados, son la generación de nuevos espacios de conversación y el fortalecimiento de las relaciones familiares y de pareja. De otro lado, y en tono jocoso, Lina comenta cómo los encuentros amistosos entre equipos mixtos en lugares como el Templo del Fútbol, se convierten en un atractivo que aumenta el número de espectadores e incluso las ventas, a tal punto que los administradores le piden a ella y a sus amigas que regresen.

En los colegios también se ha comenzado a promover mucho esta práctica entre las niñas e incluso se ha incluido como uno de los deportes de torneos intercolegiales. Una de esas jugadoras es Manuela Londoño Gaviria, 12 años, juega como defensa y volante central en el equipo del Colegio Montessori. Detesta que los niños piensen que las niñas que juegan fútbol son marimachas porque ella se considera muy femenina. Aunque dice que el entusiasmo por el fútbol ha crecido mucho entre las niñas de colegios, cree que faltan algunos años para que se consolide. Quisiera jugar fútbol hasta que esté en la universidad, si le queda tiempo y dice que, a diferencia del trato que algunos directores técnicos dan a jugadores masculinos, el entrenador del equipo Montessori las motiva y trata muy bien, relación que piensa debe ser así no por ser niñas sino porque es el trato esperado por cualquier ser humano.

Juanita Mesa Abad, 11 años, es arquera del equipo del Colegio Cumbres y de Formas Intimas. Se decidió por el fútbol femenino hace un año y medio porque a diferencia del patinaje y el básquetbol, deportes que ya ha practicado, el fútbol le permite un mayor contacto físico y trabajar en equipo. Esta admiradora del portero de Juventus Gianluigi Buffon, piensa que las niñas deben jugar fútbol para demostrar que también son buenas en este deporte porque considera que no debe criticarse que las mujeres jueguen fútbol o que los hombres practiquen nado sincronizado. Sueña con cambiar paradigmas cuando dice que en el futuro los seguidores de este deporte y en canales como ESPN y Fox Sports se hablará de ella como lo hacen hoy día de estrellas de fútbol masculino.

Algo paradójico que puede percibirse es que los ídolos de estas atletas pertenecen al género masculino. Reconocen que en el ámbito femenino aún no se tiene este tipo de referente con la misma carga simbólica que implica hablar de un Ronaldiño o un Beckham, por ejemplo. Pocos saben de la existencia de estrellas del fútbol femenino como la brasileña Marta, elegida por la FIFA como la mejor jugadora de 2006 quien, sin pensarlo dos veces, aceptó la propuesta del equipo sueco Umea, uno de los mejores clubes para el fútbol femenino. Esta jugadora viajará a Shanghai en septiembre para participar en el Mundial Femenino 2007 junto con otras ya reconocidas como Mariela Coronel, Kristine Lilly, Renate Lingor y Birgit Prinz.

El primer partido de fútbol entre mujeres se registró en 1892 en Glasgow, Escocia. Sin embargo, es en 1894 cuando Nettie Honeyball fundó el primer club deportivo denominado British Ladies Football Club, convencida de que este era uno de los medios para demostrar que la mujer podía obtener un lugar importante en la sociedad lejos de exclusiones y prejuicios. Se dice que en Latinoamérica, el machismo y los índices de prostitución han hecho que la introducción del fútbol femenino haya sido menos fuerte que en países europeos, a excepción de Argentina y Brasil que tienen una gran tradición futbolística. Hay quienes piensan que el fútbol femenino además de ser dirigido por mujeres necesita contar con mayor reconocimiento y patrocinio que les posibilite asistir a los distintos torneos nacionales.

A pesar de todo, parece que al fútbol femenino le esperan mejores tiempos. Por lo menos así se vislumbra con el hecho de que en Medellín en el 2006 se hayan realizado campeonatos oficiales como la 1era Copa Internacional de Fútbol Femenino Feria de las Flores y el Campeonato Departamental Femenino Categoría Libre.

Es una tarea ardua, que además de exigir compromiso, sacrificio, pasión, y goles, necesita la convicción de que los deportes no son exclusivos de ningún género y la aceptación de que en el camino deberán enfrentar el rechazo y, en algunas oportunidades, hasta la burla de aquellas personas que aún deben eliminar de sus imaginarios conceptos sexistas. Niñas, bend it like Beckham!!!